Autor: Fernando Quispe Ayala

El gobernador de Chuquisaca ha lanzado duras acusaciones contra el ex presidente Evo Morales, sugiriendo que el líder cocalero mantiene vínculos directos con los cárteles de la droga, lo que, según él, explicaría sus constantes intentos por recuperar el poder a cualquier costo. La declaración de Damián Condori ha generado una ola de reacciones en el país, pues, más allá de los señalamientos políticos, pone sobre la mesa un tema extremadamente delicado: la relación entre políticos y el narcotráfico.
Condori, en una conferencia de prensa cargada de indignación, expresó que tiene "fundadas sospechas" de que Morales está involucrado en actividades ilícitas con los cárteles de Colombia y México. Para el gobernador, esto no es una simple conjetura, sino una explicación plausible para el inexplicable deseo de Morales de volver a la presidencia. Según su perspectiva, Morales estaría dispuesto a hacer cualquier sacrificio, incluso traicionar a sus propios compañeros, para asegurar su regreso al poder, de modo que pueda cumplir con los compromisos oscuros que tiene con esos clanes criminales.
"Ya deberían detener a Evo Morales. Sospecho que hay intereses del narcotráfico, hasta podemos pensar que tiene grandes compromisos con los cárteles de México y Colombia, por eso a toda costa quiere llegar a la silla presidencial, sacrificando a sus compañeros para cumplir sus compromisos sucios que tiene con esos carteles"—fueron las palabras tajantes de Condori, que evidencian no solo su desconfianza hacia el ex presidente, sino también una alarmante denuncia sobre la presencia de la criminalidad organizada en los círculos de poder.
El gobernador no se detuvo ahí. Su acusación fue más allá, tocando un tema aún más grave: la impunidad de Evo Morales frente a las acusaciones de pederastia y trata de personas. Condori expresó con vehemencia que no es aceptable que alguien con estos señalamientos continúe caminando libremente por el país, como si nada hubiera ocurrido. Para él, la justicia debe actuar con mano firme, sin dejar espacio para la corrupción o los intereses políticos. Asegura que la justicia debe ser implacable, especialmente cuando se trata de delitos tan atroces que afectan la vida de las víctimas y manchan la integridad de las instituciones del país.
Condori también hizo un llamado a las autoridades para que no se queden de brazos cruzados ante los bloqueos ilegales organizados por los seguidores de Morales. Según él, estos bloqueos no solo son un acto de desobediencia civil, sino una forma de violencia que está causando un sufrimiento innecesario a miles de bolivianos. En su declaración, el gobernador acusó a los “Evistas” de ser parte de un "cártel mafioso" que intenta controlar el país a través de la intimidación y el caos. La situación de tensión social y política en Bolivia sigue escalando, y Condori, como representante de una de las regiones más importantes del país, no dudó en pedir al nuevo Fiscal General, Roger Mariaca, que actúe sin demora.
"Actúen de forma inmediata, conforme a la norma, a la Constitución Política del Estado; el Ministerio Público, de oficio (investigue) a las cabezas que están incitando, al ‘Estado Mayor de las mafias’, que vayan a acompañar a los criminales en las cárceles"—fue el firme requerimiento de Condori, quien no solo pide acción judicial, sino también una respuesta contundente contra lo que considera una red de corrupción y crimen organizada que estaría socavando la democracia y el bienestar del pueblo boliviano.
El llamado a la acción no es solo un reclamo político, sino una advertencia de la gravedad de la situación que atraviesa Bolivia. Los bloqueos, las acusaciones y los enfrentamientos entre distintas facciones políticas reflejan un clima de polarización y desconfianza que amenaza con dividir aún más a la sociedad. En este contexto, la figura de Evo Morales sigue siendo central, y sus movimientos continúan generando controversia, especialmente por las denuncias que lo vinculan con el narcotráfico y la corrupción.
Este tipo de declaraciones no solo pone en duda la transparencia de los líderes políticos, sino que también resalta la creciente violencia que amenaza la estabilidad de Bolivia. La disputa por el poder se está llevando a cabo en todos los frentes, y la política del país parece estar atrapada en una espiral de confrontación que, si no se controla, podría tener consecuencias devastadoras para la paz social.
En un momento tan delicado, donde las instituciones se enfrentan a desafíos internos y externos, las palabras de Condori resuenan como un llamado urgente a la acción. Bolivia, atrapada en medio de luchas políticas, económicas y sociales, enfrenta un futuro incierto, y solo el tiempo dirá si la justicia logrará prevalecer frente a los intereses oscuros que se ciernen sobre la nación.
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