Arce traza diez acciones clave para transformar Bolivia en una economía sostenible.
Las estrategias implementadas incluyen desde mantener subsidios hasta priorizar la promoción de la producción para la industrialización de recursos naturales. La cuarta acción fue fomentar el diálogo con productores de todos los tamaños.
“Estas conversaciones nos permitieron identificar las necesidades del sector productivo y ofrecerles apoyo para incrementar su productividad”, destacó el presidente.
Simultáneamente, la quinta medida consistió en establecer acuerdos con diversos actores del sector privado, lo que fortaleció la cooperación para dinamizar la economía y asegurar el suministro de bienes esenciales.
La sexta acción se centró en promover el uso de biotecnología, una herramienta crucial dentro de la estrategia gubernamental.
“Con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria, promovimos el uso de semillas mejoradas y biocombustibles, lo que contribuyó al aumento de la productividad en el sector agropecuario”, precisó el mandatario.
Este esfuerzo se complementó con la séptima acción, orientada a consolidar el avance en la industrialización, considerada por Arce como un paso fundamental para resolver problemas estructurales y diversificar la economía del país.
“Hemos colocado las bases necesarias para construir una economía sostenible, sin depender de un solo producto”, afirmó el presidente.
La octava acción fue incrementar las inversiones en exploración de hidrocarburos, con el objetivo de diversificar las fuentes generadoras de riqueza.
Como novena medida, el Gobierno dio un paso importante en la industrialización del litio, con dos contratos listos para ser validados por la Asamblea Legislativa, que podrían generar hasta 2.000 millones de dólares en ingresos para Bolivia.
Finalmente, la décima acción consiste en priorizar la industrialización minera con proyectos como la Planta Industrializadora de Zinc y la reactivación del Mutún, lo que permitirá reducir la importación de hierro y generar un ahorro significativo de 2.000 millones de dólares.
Con estas acciones, el presidente Arce reafirma su compromiso de construir una economía diversificada y sostenible que beneficie a las familias bolivianas y garantice un crecimiento a largo plazo. “Lo más importante es asegurar el futuro de la población, y hemos sentado las bases para lograrlo”, concluyó el mandatario.
El presidente Luis Arce presentó ayer diez medidas estratégicas para edificar una Bolivia con una economía sostenible, al tiempo que destacó el desafío de haber heredado un país con elevados índices de déficit fiscal y una grave crisis económica, similar a la vivida durante la etapa de la Unidad Democrática y Popular (UDP).
El mandatario destacó que, a pesar de enfrentar un bloqueo económico y constantes desafíos políticos, se logró revertir esa situación hasta alcanzar cifras más razonables.
“Todo esto lo fuimos superando hasta llegar a cifras más equilibradas, dentro de lo que era posible con el bloqueo económico y la constante batalla política”, expresó durante una rueda de prensa.
Para lograr estabilizar la economía y convertir a Bolivia en un país más estable, el gobierno implementó varias medidas clave.
La primera de ellas fue mantener las políticas de subsidios, que ayudaron a proteger a las familias bolivianas de los impactos económicos negativos.
“Hemos mantenido los subsidios a los hidrocarburos, por supuesto, pero también a muchos productos alimenticios”, señaló Arce.
La segunda acción fue la reducción de los aranceles de importación de productos clave, lo que permitió garantizar precios accesibles para los bienes de consumo básico.
La tercera medida priorizó el abastecimiento de productos esenciales mediante iniciativas como las ferias barriales móviles organizadas por la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) y el programa Del Campo a la Olla, que aseguró el acceso a productos a precios justos.
Todas estas acciones se complementaron con controles más estrictos en las fronteras, incluyendo su militarización para combatir el contrabando, y con supervisiones regulares en los centros de comercialización, además de la creación de puentes aéreos en tiempos de escasez.
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